50, solo quedan 50. Eso dice el último informe de las Fuerzas de Seguridad del Estado. 50 etarras aislados económica, policial y políticamente. El propio Otegi les insta a que se retiren y se unan al club democrático abertzale. Ellos, por su parte, se preguntan: ¿de qué ha servido tantos años de lucha violenta para reciclarnos ahora en simples políticos, a expensas del juego españolista? ¿Acaso somos solamente unos terroristas?
Pues sí, señores etarras, desde siempre han sido de cara a la mayoría de ciudadanos, vascos o no, unos simples y mal nacidos terroristas. Bueno, lo de terrorista es un tecnicismo, porque el término que mejor les define a ustedes es el de asesinos, enrocados en el comodín de una causa superior. Así es, señores asesinos. Después de tantas décadas jodiendo la vida a cientos de familias y pretendiendo construir una Euskadi a vuestra imagen y semejanza, a base de atemorizar y quitar vidas, solo queda eso, un vacío absoluto, la nada, el absurdo. Solo eso. No se extrañen ustedes. Su estrategia fue desde el comienzo de sus tiempos la misma: sembrar el terror para hacer de su capa un sayo. No se sorprendan de aparecer a la luz de los acontecimientos como realmente son, infames mafiosos con ínfulas ideológicas. Agradezcan encontrar por fin el espejo que les devuelve su verdadera imagen. El tiempo, dicen, acaba mostrando la verdad, la cruda verdad. Tengan la decencia de hacerse el harakiri. Nos harían un favor a todos.
Pues sí, señores etarras, desde siempre han sido de cara a la mayoría de ciudadanos, vascos o no, unos simples y mal nacidos terroristas. Bueno, lo de terrorista es un tecnicismo, porque el término que mejor les define a ustedes es el de asesinos, enrocados en el comodín de una causa superior. Así es, señores asesinos. Después de tantas décadas jodiendo la vida a cientos de familias y pretendiendo construir una Euskadi a vuestra imagen y semejanza, a base de atemorizar y quitar vidas, solo queda eso, un vacío absoluto, la nada, el absurdo. Solo eso. No se extrañen ustedes. Su estrategia fue desde el comienzo de sus tiempos la misma: sembrar el terror para hacer de su capa un sayo. No se sorprendan de aparecer a la luz de los acontecimientos como realmente son, infames mafiosos con ínfulas ideológicas. Agradezcan encontrar por fin el espejo que les devuelve su verdadera imagen. El tiempo, dicen, acaba mostrando la verdad, la cruda verdad. Tengan la decencia de hacerse el harakiri. Nos harían un favor a todos.
Ramón Besonían Román
Olla,
ResponderEliminarInteresting perspective on a subject that I don't know almost nothing about.
Do you mind if I tranlate this into portuguese, and then publish it in my blog?
Gracias, Matutei, por pasarte por "La mirada perpleja". Por supuesto, puedes utilizar este artículo en tu blog, indicando la fuente. Un saludo y más veces.
ResponderEliminar(Thank Matutei, for stopping by "La mirada perpleja". Of course you can use this article on your blog as the source. A greeting and again.)
(Matutei agradecer, pela visita "La mirada perpleja". Claro que você pode usar este artigo em seu blog como fonte. Uma saudação e de novo.)