En los últimos días parece que la crisis económica ha pasado al segundo puesto en el ranking de preocupaciones ciudadanas. La corrupción institucional y política acaparan el grueso de la crónica nacional. La trama alcanza su clímax narrativo. Un redoble de tambor subraya el suspense. Parece que Hitchcock hubiera resucitado de su tumba para diseñar este guión. Todo artesano de las emociones sabe bien que es necesario dosificar sabiamente los ingredientes y el tempo en el que se insertan. Ahora toca la escena de la ducha: Janet Leigh grita, impotente, acuchillada por Bates, el psicópata. Mañana Norman cogerá cubo y fregona y limpiará el rastro de sangre. Y al terminar este inquietante relato, el espectador saldrá del cine aliviado al comprobar que solo fue una fugaz pesadilla, que la vida a su alrededor vuelve a la calma, a su reconocible cotidianidad. El infame recuperará aliento y el currante seguirá soñando su tierra prometida. Duelen menos y se olvidan antes los crímenes lejanos que las afrentas domésticas. En el fondo, lo que el pueblo desea es dormir caliente, ajeno al aciago eco del extrarradio. Despotrica hoy contra el teatro del que mañana arderá en aplausos, inocente de su soterrada maquinaria.
Adenda
Mientras tanto, que siga el espectáculo, afile el soberano sus dientes de plástico y bailen los bufones su danza macabra sobre la tumba abierta de sus víctimas. Apuren el momento; a lo lejos el mar acorta su rabia y ya no habrá excusa sobre la que amansar nuestra perplejidad. Solo ahora, al amargo calor del carnicero podrá oírse nuestro llanto, aunque no lo dudéis: no hace el balar del cordero menos afilada la hoja de su verdugo.
Adenda
Mientras tanto, que siga el espectáculo, afile el soberano sus dientes de plástico y bailen los bufones su danza macabra sobre la tumba abierta de sus víctimas. Apuren el momento; a lo lejos el mar acorta su rabia y ya no habrá excusa sobre la que amansar nuestra perplejidad. Solo ahora, al amargo calor del carnicero podrá oírse nuestro llanto, aunque no lo dudéis: no hace el balar del cordero menos afilada la hoja de su verdugo.
* La imagen reproduce la pintura Una víctima de la sociedad, de George Grosz.
No sé dónde he visto un texto que hacía referencia a Unamuno en que venía a referirse a la ira de los pueblos mansos … No sé si era así exactamente pero en todo caso era terrible la rebelión que protagonizaban los pueblos sumisos, lo que es el caso del nuestro salvo un diez por ciento de la población que se muestra alerta e interviene de una forma u otra. El panorama es espeluznante y da idea de una nueva crisis de la Restauración como la que hubo a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Partidos que se reparten cíclicamente el poder, corrupción institucionalizada, monarquía implicada en chanchullos … El PP está K.O. a pesar de tener la mayoría absoluta y el PSOE está también K.O, perseguido por su pasado poco recomendable y la estela de un presidente impresentable como Zapatero que se dejó ir con la ley del mínimo esfuerzo aprovechando que los vientos venían de cara.
ResponderEliminar¿El pueblo cómo reaccionará?
Frente a él tiene las fuerzas antidisturbios y la escasez ideológica de una izquierda insolvente además del poder de un potente partido gobernante al que no le salen los colores cuando todo alumbra su degeneración y su corrupción sistémica. Además de la pasividad congénita de la población, salvo un cinco o diez por ciento militante.
Saludos.
BEATRIZ TALEGON HABLA EN UN CONGRESO SOCIALISTA INTERNACIONAL EN CASCAIS
ResponderEliminarSupongo que lo conoces. Me gustaría conocer tu opinión.