Mariconadas



No sé si alguna vez os habrá dado por mirar los comentarios en la red sobre las virtudes y defectos de un determinado hotel, antes de decidiros si elegir ese y no otro como destino turístico. Es una experiencia desoladora. Pocos comentaristas despliegan dotes evidentes de objetividad, y aún menos de rigor sintáctico u ortográfico; la mayoría despotrica sin pudor contra las contingencias que debió sufrir durante su estancia. La semántica en estos foros destila un fluido despliegue pornográfico de exabruptos. Me comentó una amiga, agente turístico, que algunos comentaristas repiten el mismo párrafo y documento gráfico, sea en un hotel u en otro; no es de extrañar que sea la misma competencia quien se encarga de lanzan estos ataques virales para desprestigiar al vecino.

Pero no es de esto de lo que quiero hablarles. Cuando leía una noticia en la versión digital del diario regional Hoy, de Extremadura, se me vino a la mente la anécdota de los comentarios de los turistas. La noticia se subrayaba con el siguiente titular: "Nueva York aprueba los matrimonios homosexuales". Un hecho aséptico, enunciativo, que deja claro la naturaleza del suceso. En principio no debería generar mayor revuelo, a no ser porque se trata de un tema que aún provoca cierta dialéctica popular, con posiciones morales encontradas, no exentas en ocasiones de cierta virulencia verbal. Para confirmar esto solo es necesario acercarse a algunos de los comentarios que acompañan a la noticia; en este caso, escasos en número, pero representativos del cocido que se cocina en la calle cuando se habla de homosexualidad.

El primer comentarista, que responde al singular apodo digital de "A caca revuelta, hedor profundo", es ya por sí solo todo un exponente patrio de torrentismo. Comienza su sabrosa perlocución de la siguiente manera (me permito corregir algunos errores ortográficos veniales): "Que los maricas quieran vivir en la calle, pues a mí me da igual; lo que no aguanto es que los tengamos hasta en la sopa, en las teles, en el Congreso y Senado y en todos los sitios diciendo que los normales son ellos y que los que tienen todos sus genes y cromosomas en su lugar, son los enfermos o mal hechos". No tiene desperdicio; obliga necesariamente a sonreír o a sumirse en una total perplejidad. No hay término medio. Al principio, quizá para justificar lo que afirmará después, confiesa su indiferencia hacia los homosexuales. Pero no tarda en desquitarse a galope tendido, exclamando su desagrado ante lo que él considera una especie de invasión alienígena que convertirá la Tierra en una nueva Sodoma. Prosigue su perífrasis moralista, transmutando el concepto de normalidad sexual a través de una acusación darwinista, según la cual el colectivo homosexual se creería la especie elegida, frente a los pacientes heterosexuales, que quedan en este contexto poco más que como una mutación genética en vías de extinción.

Pero no se alarmen, aún hay más: "¡No!, chicos o lo que seáis, los que tenéis los genes y cromosomas fuera de su lugar sois vosotros y deberíais armar menos jaleo y dejar al resto de los mortales vivir su vida sin tener que aguantar vuestros insultos y provocaciones, ¡¿vale?!". En la segunda parte de este circunloquio, el comentarista parece estar hablando con un receptor imaginario, que por lo que parece representa los atributos específicos de lo que él llama "marica", "chico", "o lo que seáis". Les increpa con autoridad, exigiéndoles un cambio en su supuesta actitud heterófoba. Ese "¡¿vale?!" final no tiene precio.

El segundo comentarista, pese a que difiere del primero en extensión, tono y enfoque, bien podría compartir con él la misma empatía homófoba. Declara: "Menos mal que dentro de poco España entera será del PP y estas cosas no se permitirán. ¡Arriba Mariano! ¡Arriba España!". Frente al argumento genetista del primer forero, este lleva su crítica al terreno político. Ya el propio nick nos va avisando de por dónde corre el viento: "Esto es cosa de izquierdosos". Por lo dicho, nuestro segundo púgil no entra en el juego dialéctico sobre si la homosexualidad es o no una identidad sexual legítima o una aberración cromosómica; no, él cree que todos estos debates nos los ahorraremos cuando el PP gane las primarias. No sabemos muy bien qué tipo de políticas sexuales cree que implantará Mariano Rajoy, una vez instalado en la Moncloa. En todo caso, él parece confiar en el buen criterio de la derecha española para acabar de una vez por todas con lo que considera una lacra heredada de los "izquierdosos". Termina su fraseo con una sentida arenga, dirigiéndose hacia su líder por su nombre de pila y exclamando un viva por España.

El resto de comentaristas se sitúan dentro de lo que podríamos denominar un área de corrección política sostenible y, por lo tanto, no ofrecen tanta carnaza como para dedicarles un párrafo. En el fondo, luce y vende más la incorrección que la sensatez. Que se lo digan a Santiago Segura.

Ramón Besonías Román

1 comentario:

  1. Sinceramente, frente a este tipo de comentarios uno tiende a sonreir, casi con ternura, por la ignorancia de esta gente.
    Lástima que los homofóbicos no se quedan contentos con escribir bobadas en una página de internet:

    http://ultimahoraonline.com/orgullo-gay-en-africa-palos-prision-o-muerte/

    ResponderEliminar

la mirada perpleja © 2014